martes, 27 de enero de 2015

YO ELIJO VIVIR


  Hasta el año 2011, llevaba una vida "normal", siempre apurada y con el tiempo justo para hacer las cosas, con un trabajo absorbente que me brindaba satisfacción a nivel personal mas no económica, el tiempo contado, el teléfono móvil disponible las 24 horas para atender cualquier eventualidad, informes, cuadros, estadísticas reuniones, ocupaban mi vida por completo, me mantenía metida de lleno en el trabajo y no tenia tiempo de ocuparme un poco de mi misma, hasta que un dia, la vida me cambio en un frenazo, literalmente. 
   Debo confesar que nunca fui particularmente activa, de las actividades físicas la que más me gusta es caminar, así que para no estar totalmente sedentaria, le dedicaba a la caminata unos pasos diarios, a principios del año 2011, me encontraba en situación de obesidad, y en una nueva etapa de mi vida, en ese momento decidí ponerme en acción,  para no desistir me trace un plan que sonaba infalible, y estoy segura que si lo hubiese implementado hubiera funcionado al menos para mí. En qué consistía? Fácil, no hacer caminatas contemplativas diarias (solía llamarlo a paso de shopping) caminar plácidamente disfrutando del paisaje sin mayor esfuerzo, en lugar de eso aumente la resistencia me propuse pequeñas metas, hacer 1km, luego ir aumentando a medida que la resistencia cardiovascular aumentara, a la vez eliminar un mal habito y sustituirlo por otro, deje de tomar jugos, refrescos y bebidas azucaradas y aumente el consumo de agua, bastante fácil y hasta divertido, en poco tiempo mi cuerpo se acostumbro a estas caminatas exigentes y me di cuenta que necesitaba un poco mas, así que incorpore 1 vez a la semana, actividades en maquinas, en un parque público en la ciudad, actividades sencillas y con pocas repeticiones, poco a poco mi cuerpo que en enero estaba completamente fuera de forma, para el mes de abril pude notar que empecé a fortalecerme, hacia caminatas más largas, incluí una rutina de trote 1 vez a la semana, y fui aumentando considerablemente el número de repeticiones en las maquinas  de ejercicios hasta hacerlas 3 veces por semana con una caminata de 4 km diarios y trote de 10 minutos 2 veces por semana,   no se observaba una gran pérdida de peso, pero si sentía un bienestar y un cambio en mi cuerpo,  estaba fuerte y deseaba que llegara el momento de ejercitar.  Para mayo de ese mismo año, mi vida dio un giro radical, el sábado 14 de mayo, amaneció lluvioso, me levante temprano y me vestí con ropa de deportes, esperando que escampara para poder salir, ya cerca del mediodía, escampo, y con el impulso salí de casa directo a la parada de transporte público a 200 mts de mi casa, cuando me encontraba a mitad de camino, empezó a llover de nuevo, esta vez mas fuerte,  tenía que decidir si continuaba camino a la parada o me regresaba a casa, como siempre había abandonado mis proyectos al primer obstáculo, decidí que esta vez no abandonaría, así que corrí hasta la parada donde me podía resguardar de la lluvia, ya bajo techo la cosa pintaba difícil, la lluvia había arreciado y era complicado salir, en ese momento mis padres iban retornando a casa y pensé que sería bueno regresarme con ellos, voltee mi cara hacia la derecha para ver cómo me montaría en el carro, y mi mama saliendo del puesto del copiloto…… Lo siguiente que recuerdo es estar acostada boca abajo sobre las piernas de alguien, mi cabello sobre la cara, me tome unos segundos para ubicarme, estaba en el carro de mi papa, acostada sobre las piernas de mi hermano, recuerdo preguntar qué había pasado, mas no la respuesta, volví a dormir y de repente me desperté cuando me movían,  un dolor agudo punzante en todo mi cuerpo, me pasaron a una sala fría y semi consciente volví a preguntar qué había pasado, me dijeron que había tenido un accidente, pregunte si mi madre se encontraba bien, su rostro fue lo último que vi antes de perder la consciencia, me dijeron que si, que se encontraba bien, que solo yo había sufrido, me sentía irreal, como si fuera una película, me había despojado de emociones, solo tenía sueño, recuerdo vagamente lo acontecido ese día,  aproximadamente a las 10 de la noche tome un poco de consciencia y nuevamente pregunte por lo sucedido,  me dijeron que había sido arrollada,  que tenia fracturas y traumatismos generalizados, sentía que estaba agravándome cuando veía los rostros desencajados de quienes me miraban, me trasladaron al Hospital Pérez Carreño, se me acerca un medico y luego de revisarme me dice que para salvar mi vida,  la pierna izquierda debía  ser amputada a la altura del fémur, había sufrido un desgarre de la arteria femoral tenía una hemorragia interna que le quito irrigación sanguínea a la pierna desde el fémur hasta el pie, ocasionándole daños a los vasos sanguíneos, músculos, etc.  Debía firmar la autorización, pero desde el fondo del alma le rogué al médico que hiciera lo imposible por no amputar. Me llevaron a operar y cuando desperté no sentía nada de la cintura para abajo, afortunadamente el médico estaba allí, le pregunte por el resultado de la operación, se acerco y destapo, pude ver mi pierna montada en un aparato para que no se movilizara junto con una pesa de 4 kilos, lo que considere afortunado en ese momento era la ausencia de dolor en las piernas, pensé estaban adormecidas por la anestesia.
Corría el día domingo, que recuerdo nubladamente, rostros que me eran familiares pero no lograba saber de donde los conocía, esa sensación de desapego, en realidad no sentía estar allí, me parecía seguir viendo aquella película surreal del día anterior, no era yo, no podía ser yo, no quería ser yo, pasaron dos o tres días para darme cuenta poco a poco de la realidad, aunque seguía en un limbo emocional,  me encontraba inmovilizada en una cama, la pierna izquierda  en un aparato ortopédico, la pierna derecha enyesada, hematomas en todo el cuerpo, y unas recurrentes pesadillas, conscientemente aparentaba tranquilidad, mi familia había sufrido demasiado y pienso que en el afán de protegerme del dolor había olvidado los hechos de ese sábado y los días siguientes, pero mi subconsciente seguía trabajando ajeno a las circunstancias, cada vez que dormía, las pesadillas me despertaban, sueños infinitos donde siempre terminaba sin piernas, un día atrapada en arenas movedizas, otro con caídas descomunales donde mis piernas eran arrancadas, otras como en cualquier escena de películas de terror, las noches empezaron a hacerse largas y había dejado de dormir, dormía en el día, sabiendo que había gente a mi alrededor, los días transcurrieron y sentía la necesidad de saber lo que había pasado, me había cansado de las irracionales explicaciones de mi cerebro, pedí que me contaran con detalles lo sucedido con testigos de primera mano, mis padres y mi hermano que se encontraban presentes, al saber lo cerca que estuve de la muerte, le agradecí a Dios por haberme dado una nueva oportunidad, me hice promesas, cuando saliera de esta circunstacia retomaria el camino saludable que había iniciado ese mismo año, familiares y amigos con religiones y creencias distintas pidieron por mi bienestar asi que pensé agradecer a cada uno de ellos, también peregrinar a cada una de las iglesias donde la gente hizo promesas por mi salud, y mi promesa más arriesgada y reto personal hacer el Camino de Santiago, fueron pasando los días, guarde las promesas y retos, nuevos problemas ocupaban mi mente, la herida de mi pierna que iba desde el tobillo hasta la cadera, se había contaminado, no cicatrizaba, lo que pensé serian unas semanas, se convirtieron en tres largos y pesarosos meses, meses de dolor físico y emocional, meses de ganancias y pérdidas, de llantos, gritos de dolor, risas, nuevas amistades, compañeras de habitación, cada una con su historia personal.   En ese tiempo, recibí muchísimo apoyo de mi familia, mi hermano, y  especialmente mis hermanas quienes se abocaron a cuidarme, ellas que tenían responsabilidades hicieron un alto para brindarme ayuda, algo que les agradeceré infinitamente.
 Para el mes de Agosto cuando por fin regrese a casa,  con la desesperación de empezar de nuevo mi vida, me encuentro con que apenas podía sentarme, mis piernas no respondían, no podía doblar las rodillas, la esperanza, las expectativas se habían ido por el caño, que estaba pasándome? Me sentía como una muñeca de trapo. Está bien, me dije, dure tres meses acostada, apenas moviéndome, es lógico, voy a empezar sentándome, con ayuda de muchas almohadas me fui acostumbrando a sentarme, y con el paso de los días ya podía sentarme en la cama, luego pase a la silla de ruedas mientras cicatrizaban las heridas, mi pierna izquierda permanecía inflamada, el dolor en mi rodilla era muy fuerte, la sensibilidad en el talón del pie era muy grande no así en la pierna, cuando llego el mes de septiembre había progresado para sentarme en la cama y pensé que el paso lógico era pararme y luego caminar…….ese día me pare y me desmaye, por tanto tiempo sin movilidad, al día siguiente lo volví a intentar escoltada por mis padres me levantaron de la cama, y aunque mi cerebro ordenaba a mis piernas moverse, ellas decidieron no hacer caso, así pasaron varios días, me sentaba y me ayudaban a levantar, pero no ocurría nada, cai en cuenta que algo estaba mal,  empecé a asistir a la rehabilitación y se enfocaron en tratar la inflamación de la pierna y la circulación, lógicamente la pierna parecía que no formaba parte de mi cuerpo, en volumen era tres veces más grande que la otra, con un fuerte color morado que contrastaba con la otra pierna paliducha y esmirriada, eventualmente se desinflamo un poco y cambio de color a uno un poco más claro, aunque sin volver a la normalidad anterior, pasaron los días, las semanas y el panorama no era alentador para mí, no lograba coordinar el sencillo movimiento de un pie por delante del otro, nuevos estudios, nuevos exámenes y en Diciembre el diagnostico…”No volverás a caminar” seguido de muchas explicaciones …nervio ciático… axonotmesis….ambas piernas…. No alcanzaba a entender, senti un frio intenso que recorría mi columna, manteniendo la entereza pero con un nudo en la garganta, le di gracias al médico, Salí del consultorio, y mientras esperaba que me fueran a buscar y,  en medio de una exposición de Navidad en la clínica, me permití llorar delante de la gente, hasta ahora lo hacía en las noches, en la soledad de mi cuarto, mientras parecía descansar, lloraba con el corazón, con el alma rota.

En esos momentos de crisis y perdidas, me toco desprenderme de la expectativa que tenia de caminar facilmente, es una idea que no me gusta, pero para poder encontrar el aprendizaje tengo que comprender mi situacion, no aceptar, no rendirme sino intentar transformar esta situacion negativa en algo positivo, eliminando los pensamientos limitantes.  Por mas dificiles que sean las circunstancias, SIEMPRE, hay una luz de esperanza, la vida es una aventura que merece ser vivida, por eso, ahora y siempre YO ELIJO VIVIR